miércoles, octubre 11, 2006

Fando y su visita a la Tierra del Silencio y de cómo llegó al Teatro de Marfil

El mapa estaba en lo correcto, el silencio estaba precisamente donde indicaba, casi al norte y muy alejado del sur, ya estaba aquí, ¿y ahora qué?, me recosté sobre el piso, había llegado al anochecer y no veía casi nada, cuando mi vista se acostumbró empecé a ver figuras de color verde, tal vez eran criaturillas de la noche y no sé exactamente que hacían ahí, algunas volaban sobre mi cabeza pero se iban inmediatamente, otras se quedaban suspendidas en el aire y emitían extraños sonidos en algún idioma raro para mí, Kikitomo, Yikisiti, Timikimv, Vitubitki, Ranintimi, Umekiti, eran algunas de las palabras que alcance a escuchar, busqué mis discos y empecé a escucharlos en el silencio, me recosté en la tierra y podía ver como la música navegaba sobre el aire de todo ese silencio, cuando había suficiente música sobre de todo ese silencio me decidí a caminar sobre ella y fue cuando me di cuenta de lo sólida que era y de que podía ver mejor la estructura instrumental de cada canción. Algunas formas de color rosa, verde, azul, amarillo, rojo y negro empezaron a seguirme, pero no tuve miedo ya que me estaban guiando por el camino que mi viníl fabricaba, el camino se hacía más sólido conforme avanzaba.
Llegué y ví lo que era el gran teatro de marfil, totalmente reluciente y limpio, a la entrada había una gran base atmosférica de sonido y un órgano como ornamento, las formas de colores desaparecían cuando entraba al teatro, tuve que pagar en decíbeles los cuales son más caros que los ámperes, ni modo, ya era tarde para ir a cambiar, decidí pagar así porque la función iba a comenzar, tomé mi boleto el cual me tocaba la mano, tomé mi asiento, al centro, como todos los demás y me relajé para disfrutar de LA HERMOSA Y MÍTICA DIOSA ACUÁTICA con su voz seductora de almas novedosas.

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